¿Cómo se integró este grupo de mujeres empresarias de Turismo? Ante inquietudes de empresarias de Bariloche y a partir de conocer que existía un organismo, que en ese momento tenía ya su reconocimiento latinoamericano, que agrupaba a otras empresarias con nuestras mismas inquietudes, es que decidimos sumarnos a ese proyecto. Esto fue como avanzar desde el primer paso en la materia, porque no había antecedentes de mujeres empresarias que hubieran armado sus estrategias desde organizaciones más allá de la frontera de Bariloche y en particular hermanadas con latinoamericanas. Un gran desafío.

¿Desde cuándo y cuántas eran por entonces?

Esto comenzó con un grupo de 15 socias en el año 1992. A partir de entonces fuimos aprendiendo a conocernos en nuestro propio grupo y a conocer a las otras empresarias con las que trabajaríamos en mesas de proyectos, en congresos y encuentros anuales. Hemos tenido algunas bajas, como en todas las organizaciones donde por razones particulares la gente no puede seguir sumándose, pero también hemos crecido con socias que han aumentado con su empuje nuestra actividad. Se trata de estar actualizadas, activas, funcionales al movimiento del turismo en el mundo. Nosotras no podemos descuidar los nuevos caminos de la actividad turística, estamos obligadas a capacitarnos y permanecer con nuestros sentidos alertas a las novedades en esta materia. Es como tener una profesión sin descanso, siempre hay algo nuevo que debemos incorporar, aprender, y también cuestionar o mejorar. Trabajamos en equipo y es lo que más nos estimula para seguir nuestro plan.